Una adecuada decoración y un cerramiento acristalado acondicionarán nuestra terraza para utilizarla durante todo el año.
Podemos optar por equiparla con algunos muebles cómodos, o también mantenerla despejada y utilizarla cuando vienen visitas.
El uso de cerramientos acristalados en las terrazas resulta ventajoso: permite mantener la vista intacta, ya que la mayoría de estos cerramientos no emplea vigas ni soportes verticales, además de contar con una estructura hermética, lo que contribuye a conservar la temperatura interior durante el invierno. Sumado a esta ventaja, tenemos que el polvo y la suciedad tienen su entrada frenada a causa de dichos cerramientos.
Estos cerramientos cuentan con un sistema que evita las filtraciones de aguas pluviales.
Durante el verano, estos cerramientos permiten su apertura en general, con lo que se recupera la ventilación para disfrutar del aire libre y del sol.
Otra ventaja del cerramiento acristalado es que no distorsiona la fachada de la vivienda o edificio, sino por el contrario, se adapta a ella.
La limpieza suele ser sencilla debido a que poseen hojas móviles de apertura hacia el interior. Deben evitarse los productos abrasivos.
Un elemento a tener en cuenta es el asoleamiento masivo que reciben estos cerramientos, lo que representa una gran entrada de radiación ultravioleta e infrarroja. Para amortiguarla se coloca una capa de film antirreflejo sobre la cual rebotan dichos rayos.
Estos cerramientos emplean generalmente vidrios templados por ser mucho más resistentes que los comunes.
Si la terraza es amplia, podemos transformarla en un salón de usos múltiples, una sala de juego para los niños, una barbacoa, un jardín de invierno, etc.. Debido a su gran transparencia, podemos hacer de cuenta de que el cerramiento no existe.
El cristal sirve además para frenar los vientos y su estructura resiste las embestidas de los vientos.
0 comentarios:
Publicar un comentario