El Imperio Británico alcanzó el esplendor bajo su reinado. El mobiliario retomó los estilos tradicionales como oposición a lo clásico antiguo.
En la arquitectura, el estilo Tudor y Falso Gótico se popularizaron, se dio un giro hacia la extravagancia retomando cualidades del diseño medieval italiano.
Este estilo se caracteriza por el eclecticismo, ya que reúne lo mejor de distintos estilos en el amoblamiento. Los salones estaban dotados de abundante decoración, alfombras, paredes y cortinas de colores variados.
Hay una predilección por los detalles decorativos: lámparas, adornos, figuras, etc., que conforman ambientes íntimos y acogedores.
Uno de los elementos característicos del estilo victoriano son las elaboradas patas de las sillas y mesas.
Hoy en día el estilo victoriano se está imponiendo nuevamente, siempre combinado con muebles actuales que refuerzan el impacto que estas piezas producen.
La madera es el material fundamental de este estilo, empleada como base estructural de cada mueble. Los colores naturales van muy bien con esta decoración ya que resaltan los detalles, pero se dio mucho la utilización de colores oscuros para otorgarle rigidez al diseño.
El uso de muebles antiguos aporta un toque de calidez y sofisticación al hogar.
Las piezas más destacadas del mobiliario victoriano eran las vitrinas con cajones y los pequeños escritorios.
Las principales características del estilo victoriano en la decoración de interiores son:
- Los diversos patrones en tapicería y telas
- Muebles oscuros de roble y nogal tallados
- Uso de terciopelos y damascos en telas de tapicería y cortinados
- Acabados imitación mármol en las maderas
- Ventanas adornadas con borlas y guardamalletas
- Pisos de madera cubiertos por alfombras orientales
- Tableros en relieve de madera u otros materiales
- Los candelabros, las lámparas con cristales tipo gota son sinónimo de este estilo.
0 comentarios:
Publicar un comentario