Para pintar los muebles de la cocina, actualmente existen estupendos productos y técnicas. Lo primero que hay que hacer es empapelar y enmascarar las zonas que no queramos pintar; las puertas y los cajones es mejor desmontarlos, para ahorrarnos ese trabajo y pintar con comodidad. También hay que quitar los tiradores, y ya puestos, podemos aprovechar para cambiarlos por otros más actuales (este detalle supone ya un cambio increíble para cualquier ambiente).
Después tenemos dos opciones: aplicar sobre las superficies una imprimación especial para materiales no porosos, o bien usar esmaltes acrílicos especiales para muebles de cocina, a la venta en centros de bricolaje y tiendas de materiales de decoración. Todos estos productos deben aplicarse con rodillos especiales para esmaltar; así evitaremos los antiestéticos brochazos y pelos en el acabado. Es bueno dar dos manos y luego lijar la superficie con lija nº 400; después aplicaremos dos manos más. Aunque resulte más trabajoso que sólo pintar, el resultado es mucho mejor, y también será más resistente y duradero.
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